miércoles, 16 de octubre de 2013

La ausencia es solo un comienzo...

Después de varios días de no escribir en este espacio ya me hacía mucha falta hacerlo. Es verdad que el ser humano necesita expresarse, muchas veces ni siquiera hace falta escribir para lograrlo (háblese de gesticulación) solo basta con permitir al cuerpo que fluya en emociones.

Y hoy, me siento tranquila con todo lo que he hecho y lo que planeo hacer, si, de nuevo tengo planes y busco crecer desde adentro, madurar hacia afuera y expandir mi conocimiento hacia el cielo. Me propuse escribir y leer más, hablar menos y más conciso, ser más clara y más atenta a mis cosas. Había abandonado mi casa, a mi hijo, a mis sueños por sumirme en una depresión cada que miraba hacia el futuro. Este se veía obscuro, palidecía ante mis ojos y me impedía resurgir.

Hoy, puedo decir que he renacido de mis cenizas que puedo aspirar a mejorar mi estilo de vida y dedicarle un tiempo a la naturaleza, a mis seres amados y a mi yo interior. Quisiera dejar en claro en este punto que no siempre se requiere caer en el fondo (adicciones, autodestrucción, etc.) basta con tan solo mirar bien tu entorno y ser crítica sobre tu propia existencia. Ser tu juez ayuda a convencerte que algunas de las opiniones de los demás no están tan perdidas. Júzgate y luego mejora la versión de ti mismo que creas que no es la que esperabas.

Cuando éramos niños pensábamos en una vida diferente, en volar por los cielos, en escalar el Everest, en contar historias de viajes insólitos en la jungla, conocer el fondo del mar en un submarino,..., ¡en fin! un libro entero de los mil y un viajes en tus sueños. A medida que vamos creciendo nos aferramos a los objetos y a las personas y en vez de salir, como lo deseamos cuando niños, queremos que todo siga igual y que nunca cambie nuestra vida porque un cambio significaría volver a empezar y quizás sufrir.

Nos detiene el miedo a perder, pero no todo es abandonar podemos mejorar y vivir esa vida de ensueño en la misma que tenemos, es como quien tiene una casa vieja y sucia, y un día decide limpiarla y ponerle dos plantitas aquí y un poco de pintura allá, restaurar algunos muebles viejos y reacomodar el orden de las cosas, pronto se dará cuenta que la casa no está tan vieja y lo sucia se puede quitar. Solo es cuestión de desearlo con tanta fuerza que nos impulse a salir de nuestro letargo.

Dejar ir el pasado y soltarlo para poder caminar más firmes hacia el futuro que con cada paso se irá aclarando, debe ser nuestro anhelo. Es cierto, los recuerdos siempre acosarán en los rincones, pero yo siempre he creído que nadie puede olvidar, simplemente con el paso del tiempo dejamos de recordar. Dejemos entonces de recordar eso que nos mantenía anclados en la playa de nuestro pasado y zarpemos a un nuevo destino que podemos o no planear.

¿Pero cómo dejar ir el pasado? todo comienzo es siempre difícil pues es incierto, ¡pero nada más! lo peor que puede suceder es que nos equivoquemos pero el campo de lo mejor que podemos conseguir es más amplio, así que vale la pena. Como vale la pena luchar y seguir viviendo y soñar cada vez que necesitemos volver a sentirnos niños, porque así como los niños son felices con un dejo de inocencia, nosotros también podemos serlo.

Así que te dejo esta reflexión esperando que como a mí te ayude...

"Amar empieza con A de Adentro. Ama tu interior y deja a tu cuerpo expresarlo que las ausencias no te limiten jamás sino que te impulsen hacia algo mayor que no puede ser malo pues viene de tu interior."

Con mi cariño.

Wiana Gara

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