lunes, 15 de julio de 2013

Cuando la poesía se vuelve hiel...

Después de un buen rato de no escribir he vuelto cual oveja al matadero, baja la testa, para decir a este mundo tal vez desértico; las aflicciones de mi ser.

Se puede ser violento para expresarse o luchar por ser escuchado pero disfracemoslo como querramos al final es violencia. Esta trae consigo un sinfin de secuelas, el tiempo y espacio son irrecuperables e imposibles de repetirlos en iguales condiciones como para "remediarlas".

Entonces versa Neruda en mi mente... "es tan corto el amor y es tan largo el olvido..." con mis dedos trazo en el viento infinitas versiones de tan afamado poema que me duele repetirme a mi misma, qué razón tenía al decidir vivir sola cuando aún era joven y ya tenía el corazón fracturado.

Somos inexpertos al amar e imperfectos al ser amados. Pedimos peras al Olmo y rogamos que el tiempo no pase aún con la certeza plena de que por supuesto que el tiempo no se detiene, aun si arrojamos nuestros relojes al abismo de nuestra insaciable sed de felicidad.

Somos crueles perdedores, porque aunque sabemos perdida nuestra batalla blandimos nuestra espada a diestra y siniestra hiriendo a todo cuanto se nos aproxime y a nosotros mismos por pasión a lo que fue.

Qué razón tenían mis pensamientos al negarme las mieles de la debilidad, qué desafortunado derroche de vida cubierta bajo el manto de una solemne fe en mis instintos.

Y todo eso que invita y envuelve hasta afixiarnos al grado de asesinarnos y renacer con la absurda intención de volver a intentarlo. ¡Oh gran y siniestra libertad!

No podemos ser esclavos de imposibilidades, si subimos 50 contras en una balanza y 30 pros para comparar su peso, por mucho que queramos la balanza jamás se inclinará hacía los pros. No seamos testarudos porque firmaremos el tratado de nuestra propia destrucción. Tampoco caminemos sobre brasas si lo que está al otro lado no es más que lo que tenemos ya en el nuestro, seamos sinceros con nosotros mismos y no cometamos absurdos amparados en la vieja excusa de que lo hacemos "por amor".

El cielo y el infierno no están ni arriba ni abajo, están justo aquí. Decidamos entonces hacia dónde ir pero siempre en congruencia.

Termino con esta frase...

"Aunque camines a ciegas, si la luz está al final y estás seguro de que así es, no te detengas."

Con mi cariño.

1 comentario:

  1. En efecto hermana, en ocasiones idealizamos a las personas pero esa frase es exquisita y muy explícita " Es tan corto el amor y es tan largo el olvido" tus pensamientos hermosos y más si tienes la fortuna o dicha de compartirlo es una bella forma de expresar lo que tenemos o lo que analizamos en nuestro interior y que en ocasiones se quedan dentro. Un abrazo enorme:-D

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Wiana Gara.