miércoles, 5 de junio de 2013

Dos de cada tres...

Dos de cada tres días me siento a escribir cosas que ni yo comprendo, pero que fluyen cual cascada de mi ser, el problema es que no siempre estamos dispuestos a compartir lo que realmente deseamos decir, es por esto que nadie puede decir con certeza que conoce a alguien al cien porque estaría mintiendo.

Tal es el caso de los amigos a quienes tienes solo para "pasar el rato", por mucho que queramos mentir al mundo, si la verdad habita en nosotros jamás nos podremos mentir a nosotros mismos (caso contrario en la locura) como sea, decirle a todos lo que sientes o piensas no siempre es recomendable, las personas tendemos a ser susceptibles a no aceptar nuestros errores o porque queremos evadir la realidad.

Es natural ser precavido, pero, ser curioso también es natural...

Recuerdo que mi padre me decía, cuando pequeña, "esa boca tuya, si tan solo la cerraras" claro que me lo decía en zapoteco. Tiendo a decir lo que pienso y eso me ha provocado problemas con diversas personas y a veces esos problemas son como fantasmas porque aunque ya quedaron en el pasado de vez en cuando me sorprenden caminando por mi mente cuando intento decir a alguien lo que realmente opino de él (aún si no me lo pregunta).

Otras veces sueño que la gente me mira y juzga mis actos cuando ni siquiera he podido defenderme pero también siento que debo callar pero no puedo detener este torrente y entonces de nuevo, esos fantasmas aparecen y la mirada inquisidora de mi padre apunta hacia mí sin ninguna contemplación, bajo la mirada y en mis adentros acierto a decir, -debí mantenerme callada.-

Suele suceder que una vez que ya hemos hecho algo no hay marcha atrás para corregir nuestros actos, qué padre sería tener el control del tiempo para volver a vivir un error y corregirlo, -pero qué aburrida sería la vida sin esos pequeños errores- me versa una amiga cada vez que me ve afligida por una nueva "metida de pata".

¿Para qué simular una realidad que no existe? por qué no permitirnos decir las cosas con toda libertad y no sentirnos agredidos al escuchar una verdad que aunque duela será sin duda el detonante de una mejoría en nosotros mismos.

A mí me duelen las críticas pero hacen eco en mí, intento mejorar casi a diario (excepto esos días de ocio) y trato de hacer las cosas con mejor ahínco cuando el error está en no haber aplicado el suficiente esfuerzo a lo que hago. Termino algo y pienso que pudo ser mejor, (como el caso de esta nota que hoy escrito) pero ¿quién decide lo que está o no bien? porque para algunos estará bien mientras que para otros parecerá esto hasta ridículo, pero ¡bueno! si yo intentara complacer a todos jamás terminaría nada.

Pequeños errores harán grandes aciertos, porque si no te equivocas es porque no le has puesto suficiente esfuerzo a lo que deseas hacer.

Es mejor aceptar la realidad ¡me equivoqué! puedo hacerlo mejor, es esto o seguir fingiendo que todo está bien hasta que un día las paredes de nuestra falacia caiga sobre nuestros hombros. Por eso concluyo con esta frase:


"la realidad es única y tarde o temprano nos alcanzará"

2 comentarios:

  1. hola querida! me gusto tu blog, pero no se como seguirte!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola!

      Disculpa por el retraso, ya he agregado el botón "Participar en este sitio" gracias por leerme y seguimos en contacto.

      Borrar

Acepto cualquier tipo de comentario siempre que tenga relación con este blog, el tema en cuestión o bien algún tema relacionado con la poesía. Respeto las creencias, religión, preferencias, sexo o rasgos de cualquier persona.

Cualquier uso indebido de este espacio será eliminado.

Wiana Gara.